Todo comenzó cuando tenía 13 años. En ese tiempo, me fascinaba hacer brownies de caja, descubría nuevas marcas e iba perfeccionando cada horneado. Sin embargo, mi amor por la pastelería venía de mucho antes. Mi nonna era una apasionada repostera. Crecí rodeada de boquillas, moldes y accesorios pasteleros. Ella se dedicaba a elaborar tartas para bodas y cumpleaños, y sus creaciones eran las más reconocidas de nuestro pueblo. Su amor por la pastelería fue lo que me marcó profundamente.

Años más tarde, comencé a estudiar repostería de forma independiente. A los 23 años, tomé una decisión importante: dedicarme de lleno a mi pasión por los brownies. Empecé vendiéndolos a locales en mi ciudad, y desde entonces no he parado.

Hoy, después de años de trabajo y  dedicación, tengo 6 años en Madrid mi propio obrador, mi pequeña "fábrica de brownies"

¡Oh Fudge! es más que una marca: es el resultado de casi una vida entera dedicada a crear cuadritos chocolatosos que ahora los combinamos con otras texturas y creamos sabores únicos.